La iglesia San Juan el Bautista de Larraine forma parte de los Monumentos Históricos. En el siglo XII fue un monasterio que dependía de la abadía de Sauvelade: los monjes han hecho ciertas aportaciones al pueblo, enseñándoles las técnicas de ganadería y de agricultura y administrando bienes religiosos. Pero la iglesia ha también sido un lugar de acogida para los numerosos peregrinos de Santiago de Compostela que llegaban a los valles navarros de Roncal, Leyre, Puente de la Reina por el Puerto de Larraine o, atravesando el valle de Salazar, Oxagavia, Sangüesa o Iruña.

Más allá del valor histórico y artístico de los elementos clasificados que protege (estatuas del siglo XV hasta el siglo XVIII, cruz procesional, retablo…), la iglesia de San Juan el Bautista es como una “música de piedra”, cuyas bóvedas góticas excepcionales, ciertamente humanas, son verdaderas firmas dejadas por los hombres y mujeres de los tiempos pasados. Una luz y un sonido de calidad reconstituyen con precisión la historia del sitio. Dejando el pueblo, la emoción engendrada en ésta iglesia forma parte de los bonitos recuerdos que os llevareis de Larraine.

Otra prueba del fervor religioso es la ermita de San Josepe , situada en el camino del puerto de Larraine, a 1 250m de altura. Levantada en el siglo XVI, ha sido escrupulosamente restaurada por el municipio en 1993.